LOS CAMINOS SEFARDÍES EN LA PROVINCIA DE BURGOS

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Los primeros testimonios que evidencian la existencia de comunidades judías establecidas en Burgos, datan del siglo X, la judería más antigua documentada de Castilla y León es la de Castrojeriz, según se recoge en el fuero condal de la villa, redactado en 974, y posteriormente hay constancia de otras 21 aljamas. Del siglo X hasta mediados del siglo XV fueron expandiéndose al igual que las comunidades de Castilla, amparadas bajo la protección de las autoridades políticas.
Durante este largo período de esplendor, las juderías burgalesas se establecieron dispersas abarcando un gran número de localidades, algunas de un marcado carácter rural, la mayor parte asentadas junto al Camino de Santiago. De las 21 aljamas dependían 60 localidades con judíos avecindados, aunque no en número suficiente como para constituirse en aljamas.
El Camino de Santiago, una de las más importantes rutas de peregrinación de la Europa cristiana de la Edad Media que terminaba en Galicia, constituyó un importante motivo para el establecimiento de comunidades judías en la provincia de Burgos.
Los judíos contaron desde el primer momento con el favor y la protección de reyes y demás autoridades políticas, conocedores de sus excelentes aptitudes para el desempeño de las actividades artesanales y mercantiles, así como de las técnicas médicas, financieras e intelectuales, que constituían la auténtica razón de ser de las ciudades que conformaban la ruta jacobea, además de la propiamente religiosa.
La intervención judía en la repoblación y puesta en explotación de las tierras burgalesas tiene su expresión en los florecientes burgos de artesanos y mercaderes que surgieron y se desarrollaron a lo largo del Camino de Santiago, que se transformaron en centros de actividad artesanal y mercantil, relacionados con el mercado europeo.
De la extensa red de juderías cabe destacar las que estaban bajo la protección de la corona, como Burgos, Miranda de Ebro o Pancorbo, las que dependían de la protección de grandes Casas nobiliarias, como la de Briviesca, Medina de Pomar, Belorado, Frías, Poza de la Sal o Villadiego dominio de los Condestables de Castilla los poderosos Fernández Velasco. En el caso de Oña su aljama dependía directamente del Monasterio de San Salvador, las aljamas de Aranda y de Coruña del Conde y otras de la Ribera del Duero dependían de la Casa de Beltrán de la Cueva. También había comunidades judías en La Bureba. Incluso están documentados dos denominados “Caminos de los judíos” El primero conocido como “ Carrera de los judíos”, que va de Oña a Quintanilla de los judíos, y otro camino que transcurría entre Santo Domingo de Silos y Lerma.
La Diputación de Burgos quiere poner en valor estás aljamas y los itinerarios de los “Sefardíes en la provincia de Burgos”. “El objetivo es crear en cada uno de los lugares puntos informativos con los datos más relevantes referidos a las aljamas y caminos de cada localidad, preferentemente situados en el solar de las antiguas juderías”.
Raquel Ojeda


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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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