¿Fueron los autistas una parte del éxito evolutivo de la especie humana?

Pistas sobre rasgos autistas se pueden encontrar en el arte parietal. Detalle de pinturas de la cueva de Chauvet (Francia). Crédito: Universidad de York

Hace 100.000 años, sucedió un sutil cambio en nuestra historia evolutiva como especie que permitió a las personas que pensaban y se comportaban de forma diferente (como sucede con aquellos que tienen autismo) integrarse en la sociedad. Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de académicosde la Universidad de York, en el Reino Unido.

El cambio se produjo con la aparición de la moralidad o ética colaborativa, una inversión en el bienestar de todos los del grupo, e implicó que las personas que mostraban rasgos autistas no solo fueran aceptadas sino que posiblemente fueran respetadas por sus capacidades únicas, ya que a veces las personas con autismo poseen habilidades extraordinarias en campos específicos.
Es probable que algunos de nuestros antepasados tuvieran autismo, dado que la genética sugiere que el trastorno posee una larga historia evolutiva.

Pero en vez de ser dejados de lado, o como mucho tolerados, todo apunta, según el equipo de investigación, a que bastantes desempeñaron papeles importantes en su grupo social debido a sus habilidades y talentos especiales.

El equipo de Penny Spikins (izquierda) de la Universidad de York, sostiene que la diversidad, la variación entre las personas, fue probablemente más significativa en el éxito evolutivo humano que las características comunes. Spikins cree que fue la diversidad entre personas la que llevó al éxito humano y que esta es particularmente importante dado que nos proporciona papeles especializados. Una de las conclusiones del estudio es que fue el surgimiento de la moralidad colaborativa lo que hizo posible ampliar la diversidad de la personalidad humana.
Hay personas con autismo que tienen habilidades de memoria excepcionales, una percepción aumentada en la visión, el sabor o el olfato, y una mejor comprensión de los sistemas naturales como el comportamiento de animales.

La incorporación de algunas de estas habilidades a una comunidad prehistórica habría tenido sin duda un papel vital en el progreso de la misma a través del desarrollo de especialistas.

A modo de ejemplo contemporáneo, un estudio etnográfico realizado en 2005 sobre un anciano pastor de renos en Siberia le reveló como poseedor de una memoria asombrosa gracias a la cual recordaba detalladamente el parentesco, el historial médico y el carácter de cada uno de sus 2.600 animales. Este hombre se sentía más cómodo en compañía de los renos que de los humanos, pero la gente de su entorno le respetaba mucho y llegó a tener esposa, hijos y nietos. De haber vivido en la prehistoria, la presencia de este hombre "raro" en una comunidad habría sido muy beneficiosa para el progreso de la misma.

La Dra. Spikins dijo "El registro arqueológico no nos proporciona datos sobre el autismo, pero lo que sí hace es darnos pistas sobre individuos que ostentaban diferencias y cómo fueron integrados".

Otros indicios se pueden encontrar en el arte parietal de las cuevas y en artefactos.
"Ha habido un largo debate sobre la identificación de rasgos autistas en el arte parietal del Paleolítico Superior. No podemos decir sobre el mismo si fue dibujado por alguien con autismo, pero hay rasgos que son identificables con alguien que podía tener autismo. También fue más o menos en ese momento en el que vemos cómo emerge una moral de colaboración".

Fuente: noticiasdelaciencia.com | Phys. Org | 17 de noviembre de 2016

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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