El karate y las islas Ryukyu: caminos paralelos
Por José Ángel García
¡Ha nacido un arte marcial! ¿Se podría afirmar con rotundidad que el karate tiene su origen en estas islas japonesas? La mayor parte de historiadores e investigadores de esta disciplina, así como la mayoría de libros dedicados a su difusión y estudio, asumen la teoría más difundida y aceptada por la comunidad de budokas (practicantes de artes marciales) según la cual los prolegómenos de este arte marcial se encuentran en las islas Ryukyu. Para ello se basan en la existencia de un sistema de lucha primitivo (TE), practicado por los habitantes de estas tierras, que con el paso del tiempo se fusionó con técnicas de artes marciales chinas y dio origen a finales del siglo XIX y comienzos del XX a lo que actualmente conocemos como karate. Ante este planteamiento histórico se debería responder a diversas cuestiones básicas que aún hoy en día nadie ha resuelto, debido a la falta de documentación y vestigios históricos de un arte transmitido oralmente a lo largo de generaciones, y que se intentarán plantear y elaborar en este artículo. ¿Desde cuándo existía el TE en estas islas? ¿Cómo y por qué surge este sistema de lucha primitivo? ¿Es originario del archipiélago de las Ryukyu o pudo ser introducido desde otros lugares?
Para poder responder a estas preguntas,
así como a interrogantes posteriores, hay que señalar las tres vías por las que
llegaron los primeros pobladores a estas islas. La primera desde el norte de
Asia hacia las principales islas japonesas, y de ahí al sur; la segunda desde
Mongolia y Manchuria, a través de la península de Corea; y la tercera desde el
sureste asiático, atravesando Filipinas y Formosa, llegando a las islas Ryukyu
por el sur del archipiélago.
La primera vía está justificada por
la existencia de restos encontrados de la cultura neolítica Jomon (11.000?-300 A.C.) que coinciden
con otros de similares características en el Este y Norte de Japón. La segunda
vía puede probarse de diversas maneras, siendo una de las más importantes la
propagación del cultivo de arroz durante la cultura Yayoi (300 A.C.-300). La tercera vía es la que apenas se ha tenido
en cuenta para realizar estudios sobre los orígenes del karate, y por tanto la
que se desarrollará en este texto.
Esa tercera vía de llegada, llamada “Corriente
Negra” por algunos autores y “Camino de Altamar” por Sasaki Komei, se basa en
estudios realizados por Kunio Yanagita a principios del siglo XX en su afán por
descubrir el origen del pueblo japonés. Estas investigaciones fueron publicadas
entre 1950 y 1953 y fueron muy criticadas por lingüistas principalmente, ya que
la lengua del archipiélago de las Ryukyu se formó al desarrollarse la lengua
japonesa antigua desde las principales islas de Japón hacia el sur. Incluso
existiendo pocas pruebas de la existencia de esta corriente de sur a norte, son
fehacientes las evidencias de las que se disponen: se han descubierto hallazgos
de personas enterradas en la ciudad de Iizuka en Fukuoka con pulseras de
caracol provenientes de los mares del sur. Estos lugares llegan a más de
cuarenta y sobrepasan la cifra de cuatrocientas las pulseras confeccionadas con
este caracol. En 1970, el profesor Nagai Masafumi (doctor en medicina y
antropólogo que se dedicó a la investigación de los restos humanos antiguos) confirmó
que los caracoles Tricornis y Conidae habían sido los usados en la
confección de estas pulseras. Éstos habitan en las aguas marinas de Filipinas,
Nueva Guinea y las islas Fiji, siendo por tanto viable la llegada de pobladores
a través de la “Corriente Negra”.
Otro investigador y autor, George H.
Kerr, en su obra Okinawa: the history of
an island people (“Okinawa: la historia de la gente de una isla”) expone
una afinidad cultural importante entre las formas de agricultura y pesca de
Indonesia y Melanesia con la cultura Yaeyama
(islas pertenecientes a la prefectura de Okinawa), así como admite la
llegada de un boxeo de manos y pies (karate) procedente de Indochina. De
Indochina llegaron por mar pobladores que, entre otras cosas, llevaron la faja
que usan los luchadores de sumo en Japón. Otras evidencias que demuestran la validez
de la “teoría de Altamar” se basan en la similitud de la arquitectura en las
islas Tobago (300 kms. al sur de las islas Ryukyu) y zonas rurales de Okinawa.
Estas viviendas consisten en plataformas de madera elevadas con paneles
correderos en los lados y techos de paja. También se constata una analogía
total en la forma de recogerse el pelo entre las mujeres malayas y filipinas y
las de las islas Ryukyu. En estas últimas es llamado Katakashina y consiste en una especie de nudo alto en el que el
pelo se reúne en forma de moño.
Hay que tener en cuenta que la India
ya disponía hace 2600 años del kalaripayat,
un sistema de lucha practicado en la región de Kerala, considerado erróneamente
por muchos autores el arte marcial más antiguo del mundo, pues una especie de
boxeo se practicaba en Etiopía y Mesopotamia hace entre 5000 y 6000 años.
También en el antiguo Egipto, durante el Imperio Medio (2050-1750 A.C.) existía
otro sistema de lucha que incluía el uso de palos en actos religiosos y
seculares. Por tanto ¿pudo llegar un arte marcial a las islas Ryukyu procedente
de la India o de otros lugares, a través del sudeste asiático? Efectivamente, durante
el período védico (1300-900 A.C.) se produjo la entrada de los pueblos arios en
la India, procedentes, entre otras regiones, de Mesopotamia. Pudieron haber
llevado consigo técnicas de lucha antiquísimas originarias de las regiones de
las que procedían, mezclándose posteriormente con las autóctonas de la India,
como el kalaripayat, y en las
migraciones sucesivas alcanzar las islas Ryukyu desde el sudeste asiático para
instalarse en ellas. Analizando todo lo anterior, sería viable dar como válida
la teoría de la introducción de técnicas de lucha foráneas que pudieron ser
asimiladas por los primeros pobladores del archipiélago de las Ryukyu.
Según transcurrían los siglos se
hacía más patente la influencia china en la vida diaria de los habitantes de
estas islas. Se debe recordar que este archipiélago constituyó un reino
independiente desde su unificación por el rey Sho Hashi (1371-1439) hasta la
anexión a Japón en 1879. La cultura china se había convertido en la referencia
que inspiraba a los gobernantes y la población del archipiélago de las Ryukyu.
Ello propiciaba el envío de personal diplomático, apertura de rutas comerciales
por ambas partes y toda una serie de intercambios culturales recíprocos. Se
debe señalar el establecimiento en el año 1393 de Las 36 familias, procedentes de China, en la zona de Kuninda (Naha)
durante la dinastía Satto (1350-1407) y la influencia ejercida a partir de
entonces en las técnicas de lucha primitivas existentes en las islas Ryukyu.
En el año 1507 el rey Shin Sho
prohibió el uso de armas en Okinawa, lo que propició que los habitantes de las
islas tuviesen que recurrir a medios para defenderse a sí mismos y, por tanto,
seguir la práctica del TE
clandestinamente. Esto se reforzó en 1609 con otra prohibición similar dictada
por el clan Satsuma de Japón, ya que, aun siendo el archipiélago de las Ryukyu
un reino independiente, siempre había sido voluntad de los gobernantes
japoneses ejercer el control sobre estas islas sureñas. Es a partir de este siglo
cuando las técnicas de lucha primitivas comenzaron a mezclarse con las
importadas de China, entre ellas las originarias en el Monasterio Shaolin, que
llegaron a Okinawa a través de la región de Fuzhou (China). Así perduraron
hasta el siglo XX, perteneciendo el archipiélago de las Ryukyu a Japón, y
convirtiéndose el karate en 1904 en una asignatura obligatoria en las escuelas
públicas de Okinawa. A partir de ahí pasó a las principales islas japonesas, y
al igual que otras disciplinas orientales que se introdujeron en el país del
sol naciente, su expansión por todo el mundo fue cuestión de pocos años.
Esta mezcla de pueblos y culturas es
apreciable en la actualidad por numerosos viajeros y autores, entre ellos Don
Fernando Sánchez Dragó, que en un viaje narrado en Relato de dos viajes a las verdaderas islas afortunadas1,
afirma: “lo polinésico se cruza con lo chino diluyéndose y desvirtuándose en
esa mezcla lo genuinamente nipón”.
1
Relato no publicado, cedido gentilmente por Don Fernando Sánchez Dragó al autor
de este texto, con el objetivo de contribuir a la investigación sobre la
historia de estas islas japonesas.
Sobre el autor:
Sobre el autor:
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ, es Diplomado en turismo por la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) Diplomado en Shiatsu por la Escuela Mingmen de Madrid, 2º dan de karate Shito Ryu por la Federación Española de Karate, Entrenador Regional de Karate por la Federación Madrileña de Karate, practicante de Kobudo (manejo de armas originarias de Okinawa- Japón), Instructor de Chi Kung y miembro fundador, actualmente Presidente, de la Asociación Española de Artes Zen japonesas. Dedicado en estos momentos a la investigación del shiatsu y sus aplicaciones en enfermedades como la fibromialgia desde el espacio shiatsu Kokoro, creado hace dos años junto a Silvia Juárez Gallango.
Para saber más
·
Kômei,
Sasaki. La estructura múltiple de la
cultura japonesa. México DF, Editorial El colegio de México. Centro de
estudios de Asia y África, 2010.
Kerr, George. Okinawa. The history of an island people. Tokio, Editorial Charles
E. Tuttle Company, 1980.
0 comentarios: