CORONA GHÓTICA
HOMBRE DE PALO
El
“descubrimiento” de los edificios ramirenses por los estudiosos
franceses en los inicios del pasado siglo XX, unido a su chauvinismo
que les impedía reconocer éstos como románicos dadas sus
características, les llevó a proponer que se trataba de obras de un
románico popular tardío. La historiografía francesa dejaba claro
el protagonismo de Francia en la formación y origen del Románico.
Manuel
Gómez Moreno consideró que las características arquitectónicas de
los mismos los llevaba a ser considerados como románicos, a lo que
se sumaría su cronología en el siglo IX, por lo que su nomenclatura
más exacta sería protorrománica. Pese a lo acertado de las
propuestas del historiador granadino, éstas no fueron aceptadas.
Desde entonces las manifestaciones materiales de este período en
Asturias se conocen como prerrománico asturiano. En una terminología
claramente errónea y ajena a nuestra tradición historiográfica.
En
realidad los dos términos son incorrectos. Protorrománico lo serían
si fuesen creaciones “ex novo” de un tipo de arquitectura que
tendría su primera fase en ese momento. Es obvio, que esto no fue
así, pues se trata de la continuidad de prácticas constructivas
presentes en el mundo bizantino oriental, pero también presentes en
Occidente. Edificios como el recientemente excavado en Los
Hitos -Arisgotas-
son testigos no mudos de este fenómeno. La continuidad de estos
prototipos incluso después del 711 lo tenemos en la residencia que
el dux Teodomiro erigió en el Pla de Nadal – Ribarroja del Turia-.
Todavía
es menos defendible hoy en día el término prerrománico, ya que no
se trata de un grupo arquitectónico previo que acabe creando el
Románico. Sus formas ya serían plenamente románicas y, por otro
lado, Asturias no está en la secuencia experimental del Románico.
En las tierras asturianas, como en el resto de Hispania, existe una
continuidad de unas tradiciones arquitectónicas y decorativas
propias del mundo clásico, que están presentes en la tardo
antigüedad. Los edificios asturianos, como Los Hitos y Pla, tienen
una organización de muros soportes y abovedamientos que se recuperan
en Europa con el Románico, al igual que todos los elementos
estéticos decorativos -escultura y pintura-. Es más, muchas de las
pinturas románicas no podrían ser consideradas clásicas, no así
los estucos asturianos, presentes también en Pla o Melque en Toledo.
Es
claro que la terminología empleada actualmente presenta unas enormes
carencias y no recoge la realidad actual del conocimiento de la
cultura material en Hispania en la Antigüedad Tardía y Alta Edad
Media.
El
pasado mes de julio se reanudaron los trabajos arqueológicos en el
yacimiento de los Hitos, después de 40 años. Los trabajos iniciados
por Luis Balmaseda en los años setenta del pasado siglo XX ya
permitían aventurar la importancia de este espacio. Hoy, después de
cuatro meses de campaña, se ha podido confirmar la existencia de un
edificio primigenio de dos pisos, q sería trasformado en la séptima
centuria en un gran conjunto, construyéndose un edificio de culto.
El conjunto sufre un abandono en el siglo VIII, aunque volverá a ser
ocupado en época emiral. La Diputación de Toledo ha asegurado la
continuidad de los trabajos en el año 2017.
Por otro lado, los restos excavados en la presente campaña pueden ser visitados, ya que se ha preparado un itinerario de los mismos. Aquí avanzamos un pequeño clip con los resultados de los trabajos y que pretendemos os anime a visitar in situ este fantástico espacio de época visigoda.
Dr.
Jorge Morin de Pablos
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