Un fragmento de cerámica confirma la presencia de pastores en la Carisa en la Prehistoria
La arqueóloga Esperanza Martín, junto a operarios y otro arqueólogo, trabajando este verano en el yacimiento de Carraceo. FERNANDO GEIJO.El verano fue un buen momento para descubrir la huella de la Prehistoria en las Cuencas. Las excavaciones arqueológicas desarrolladas durante el periodo estival han sacado a la luz nuevos restos que permiten conocer mejor a los primeros moradores de los valles mineros. Al hallazgo de un túmulo funerario en la campa de L' Españal (San Martín del Rey Aurelio), que data de alrededor del 3.000 antes de Cristo, se suma ahora una novedad en la Carisa: durante la investigación en Carraceo, los arqueólogos recuperaron un trozo de cerámica de la Edad de Bronce. Es la prueba definitiva de que los montes que limitan entre Aller y Lena fueron zona de asentamiento hace más de 3.000 años.
La campa de Carraceo tenía las "condiciones idóneas" para convertirse en un lugar de parada para los pastores trashumantes: "Es una zona idónea para el ganado, especialmente para el ganado no estabulado", señaló Esperanza Martín, responsable de la investigación. El resto de cerámica no es el primer hallazgo prehistórico que se produce en la Carisa. Hace algo más de un año, un grupo de expertos documentó una serie de grabados prehistóricos en el cordal.
Los arqueólogos Valentín Álvarez y Alejandro García Álvarez-Busto (Universidad de Oviedo) y el geólogo, Juan Ramos López, hallaron en 2015 una serie de grabados de la Prehistoria reciente (años 3.000-1.000 antes de Cristo. Los petroglifos se localizaron en una zona con mucho tránsito de turistas y ganaderos, y a la que hay acceso en todoterreno. De hecho, fueron localizados por los senderistas David López, Carmen Ramos, Arturo Cienfuegos, Roberto Sánchez y Jesús Ángel García, todos de Carabanzo, se fijaron en los dibujos de las piedras. Unos días después se pusieron en contacto con Alejandro García, que dio el aviso al resto del grupo de investigación e inició la campaña.
Esperanza Martín encontró el trozo de cerámica este verano, cuando investigaba el asentamiento romano de Carraceo: "Las condiciones de esta campa han hecho que sea un asentamiento en distintos periodos muy distantes en el tiempo", señaló la experta. Y sigue siendo un lugar ideal para muchos senderistas, que hacen un alto en el camino para descansar y disfrutar de las vistas. Una visualización "perfecta", que alcanza kilómetros de distancia, y que los romanos aprovecharon para su estrategia bélica. Estos últimos hallazgos, los petroglifos y la cerámica, se suman a una serie de restos que ya estaban documentados en la zona: un túmulo a unos kilómetros de distancia y los megalitos de El Padrún, lugar inventariado en el concejo de Aller desde hace décadas y punto final para una popular ruta de senderismo. "Tenemos pruebas para considerar que, hace 3.000 años, ya se estaba ocupando este espacio", afirmó Martín, en referencia al cordal de la Carisa.
Trabajos en el entorno de L´Españal.
Más antiguo que esa cerámica hallada en Carraceo es el túmulo que excavó un grupo de arqueólogos, liderados por Covadonga Ibáñez, en L' Españal. En el interior del espacio, los expertos encontraron objetos líticos -de piedras- de formas geométricas que forman parte del ajuar funerario de los enterrados en el túmulo. El equipo de trabajo agradeció que la zona haya pasado desapercibida para los saqueadores durante tanto tiempo, hecho que permitió recuperar unos restos únicos. El Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio valora ahora acondicionar una ruta que termine en el lugar. Una forma de mostrar las huellas de la Prehistoria en el concejo.
Fuente: LNE.es | 16 de octubre de 2016
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