Sorprendente hallazgo arqueológico de una necrópolis de la Edad del Bronce Medio en la Campiña de Huelva

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Foto: Una muestra del ajuar encontrado en una de las cistas de la necrópolis de la Edad del Bronce Medio.

La obras de la variante de la N-435 a su paso por Beas y Trigueros dejan además al descubierto una necrópolis de inhumación de época romana, una estela megalítica del tercer milenio antes de Cristo y una necrópolis tardoantigua de los siglos V-VI d.C, entre otros relevantes hallazgos.

Foto: Ajuar de enterramiento encontrado en la necrópolis datada entre los siglos V-VI d.C.

El subsuelo de la Campiña de Huelva esconde una gran riqueza arqueológica que ha vuelto a quedar patente durante las obras de la variante de la N-435 a su paso por Beas y Trigueros. Ya en el mes de mayo conocimos que los restos encontrados en el Cabezo del Moro, término municipal de Beas, evidenciaban la existencia en este enclave onubense de un asentamiento humano durante la época del Calcolítico, en el tercer milenio antes de Cristo. En esta línea, uno de los principales hallazgos fue una estela megalítica, que fue posteriormente trasladada al Museo Provincial de Huelva donde actualmente permanece expuesta en el jardín que da acceso al edificio museístico.

Fotos: Estela megalítica, de época calcolítica, tercer milenio antes de Cristo, siendo desmontada para su traslado al Museo Provincial de Huelva donde se encuentra actualmente.




Un equipo formado por los arqueólogos Esther Sordo, Ana Pajuelo y Miguel A. Vargas trabaja desde el mes de mayo de 2015 de la mano de un grupo de entre cuatro y ocho operarios –dependiendo en cada caso de la extensión y complejidad de la superficie objeto de estudio- analizando las entidades arqueológicas halladas una vez comenzadas las obras de construcción de la variante de la N-435 del punto kilométrico p.k 205,8 al 218, 8.

Foto: Equipo de arqueólogos implicados en los trabajos. De izquierda a derecha Esther Sordo, Ana Pajuelo y Miguel A. Vargas.

Para sorpresa de muchos, según explica a Huelva Buenas Noticias, Miguel A. Vargas, profesional de Geryon Gabinete de Arqueología S.L., entidad encargada de los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en la zona, “lo hallado ha superado con creces las expectativas”.

Foto: Vista general de la Entidad arqueológica nº 2. Necrópolis tardoantigua, siglos V-VI d.C.

En cuanto al patrimonio arqueológico descubierto, Vargas destaca hasta cinco entidades arqueológicas excavadas. En este sentido pone el foco de atención en el hallazgo de un edificio agropecuario, que define como una “estructura habitacional destinada a la guarda de animales y aparejos de labranza, que formaría parte de un inmueble mayor de carácter residencial posiblemente del siglo XVII- XVIII“; una necrócopolis tardoantigua datada entre los siglos V-VI d.C., donde el arqueólogo señala el hallazgo de cuatro enterramientos, dos de ellos con ajuar funerario; una necrópolis de inhumación de época romana con hasta 17 enterramientos que datan de los siglos II-III d.C; una necrópolis de la Edad del Bronce Medio donde se han hallado cinco cistas o tumbas tipo caja; a lo que hay sumar la estela megalítica, del tercer mileno antes de Cristo, descubierto en el yacimiento arqueológico del Cabezo del Moro, en Beas.

Foto: Vista general de la necrópolis de cistas de la Edad del Bronce Medio.


Foto: Pulsera de plata hallada en la necrópolis de cistas de la Edad del Bronce Medio.

Foto: Hoja de puñal de bronce hallada en la necrópolis de cistas de la Edad del Bronce Medio.

Estos importantes hallazgos fueron dados a conocer este martes 18 de octubre en el municipio onubense de Beas, coincidiendo con el Día de Beas, en el marco de una charla-coloquio organizada por el Ayuntamiento beasino, que contó con la asistencia de los arqueólogos Esther Sordo, Ana Pajuelo y Miguel A. Vargas.

En declaraciones a este medio Vargas hacía hincapié en cómo lo descubierto ha superado las expectativas iniciales. “De los resultados de la prospección arqueológica superficial -que se hizo durante el verano de 2009 para cumplimentar el estudio de impacto ambiental- solo teníamos constancia de la existencia de cuatro yacimientos arqueológicos que se verían afectados por las obras de la variante: dos de época romana que constaban en el inventario de yacimientos arqueológicos de la Consejería de Cultura, a los que la traza afectaría tangencialmente, denominados Pozancón, en el término municipal de Trigueros, y Cabezo del Moro, en el de Beas, y dos nuevos de época moderna, siglos XVI-XVIII, que se detectaron durante la prospección denominados El Pacífico y Los Torcales, en el término municipal de Beas, a los que la traza les afectaría seccionándolos. Sin embargo, durante el desarrollo de los trabajos de control arqueológico de movimientos de tierras que comenzaron con la obra, en mayo de 2015 se detectaron un total de 18 entidades arqueológicas, que ya han sido excavadas sistemáticamente”, explica el arqueólogo.

Foto: Necrópolis de inhumación de época romana, siglos II-III d.C. Enterramiento I Cubierta de tegulae a la capuchina.


Foto: Ajuar del enterramiento hallado en la necrópolis de inhumación de época romana.


Foto: Ajuar de uno de los enterramientos encontrados en la necrópolis de inhumación de época romana.


Foto: Un momento del fin de la excavación de la Edificio Agropecuario de Época Moderna, siglos XVI-XVII.

Tres son las conclusiones que a juicio de Miguel A. Vargas obtienen a raíz de los hallazgos. “En primer lugar, se ha incrementado el conocimiento de la historia de Andalucía en general y de la de Huelva en particular, aclarando alguna de las incógnitas existentes sobre períodos prehistóricos mal conocidos en la campiña, tales como el calcolítico o la Edad del Bronce Medio, e incluso la época romana. La segunda conclusión es que en la Campiña onubense, debido a su particular configuración geológica -al ser un ámbito sedimentario en el que continuamente se están generando aportes terrígenos desde las sierras- la prospección arqueológica superficial solo detecta un mínimo porcentaje de los yacimientos arqueológicos existentes que, por lo que hemos podido determinar suponen un potencial enorme en este territorio tan óptimo para la agricultura, y por ser zona de tránsito de mercancías entre las zonas mineras y la costa, con lo cual desde la Edad del Cobre hasta prácticamente el siglo XX ha visto nacer y morir muchos núcleos habitados que actualmente permanecen ocultos a mas de 0,40 m. bajo tierra, esperando para ser descubiertos por la paleta del arqueólogo y contarnos, a través de sus restos materiales, las historias y vivencias de las sociedades que nos precedieron, que este y no otro es el objeto de estudio de la arqueología”.

Foto: Proceso de excavación de la entidad arqueológica nº 1. Edificio Agropecuario de Época Moderna, datado entre los siglos XVI-XVII.

“Asimismo -añade Vargas- la tercera y última conclusión es que, si queremos salvaguardar y conocer la información arqueológica que se oculta bajo la fértil tierra de la Campiña onubense, es necesario sensibilizar a la población desde la escuela, las asociaciones, los Ayuntamientos o las redes sociales, entre otros medios, para que cuando tengan noticias de que se ha producido algún hallazgo arqueológico casual como consecuencia de la utilización de maquinaria durante la ejecución de tareas agrícolas o de obras de construcción, lo comuniquen inmediatamente a los Ayuntamientos o a la Delegación de la Consejería de Cultura, pues solo de esta forma se podrán estudiar los restos materiales de las sociedades que nos precedieron en el tiempo y con ello seguir avanzando en el conocimiento de nuestra historia como comunidad y como especie”.

Foto: integrantes del equipo de excavación.

Fuente: Rosa Mora | Huelva Buenas Noticias, 19 de octubre de 2016

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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