La necrópolis de Pintia saca a la luz cuatro nuevas tumbas de gran valor arqueológico

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Aspecto de las tres tumbas rehabilitadas en la necrópolis de Las Ruedas, en Pintia. / EL NORTE

Los enterramientos de tres mujeres y una niña desvelan nuevos datos sobre algunos hábitos sociales en la Meseta hace más de 2.000 años

JAVIER AGUIAR | VALLADOLID

Las novedades arqueológicas en cuatro ciudades vacceas que se excavan en Castilla y León –Cauca, Pintia, Intercatia y Dessobriga– fueron presentadas ayer en el marco de la jornada previa a la entrega de los premios Vaccea que tendrá lugar esta mañana en el Aula Magna Lope de Rueda de la Facultad de Filosofía y Letras. Entre los principales avances se anunció la puesta en valor a través de una intervención de adecuación, rehabilitación y replicación, de cuatro tumbas halladas en la necrópolis de Las Ruedas de un especial valor arqueológico.

Se trata de las tumbas 127, 127 B y 128 en las que fueron exhumadas tres mujeres –dos adultas y una niña, probablemente hija de una ellas– de origen aristocrático junto a más de 150 objetos de valor. Las tres fueron enterradas al mismo tiempo e incineradas a pie de tumba tras la celebración de un ritual complejo que incluía un banquete funerario, según explicó Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, responsable de las excavaciones y para quien estos nichos están entre los más atractivos del yacimiento de Pintia, que cuenta con cerca de 300 tumbas.

El cuarto sepulcro puesto en valor, el número 144, resulta «muy relevante ya que acredita prácticas exógenas llevadas a cabo hace 2.200 años», señala Sanz Mínguez. Corresponde a una mujer «del mundo ibérico que entró a formar parte de una familia distinguida» de Pintia que fue enterrada con «ajuares vacceos e ibéricos, cuentas de collar fenicias, cerámica y una placa de cinturón espectacular». Se trataría, explica el responsable del yacimiento, de una adopción o matrimonio de conveniencia pactado para afianzar las relaciones estratégicas, sociales o económicas entre miembros de dos de las civilizaciones que habitaban la península ibérica en el siglo I antes de Cristo.

Una princesa ibérica

«¿Una posible princesa ibérica venida desde el Mediodía peninsular?», plantea Sanz. En cualquier caso, añade, «el análisis de los elementos de la tumba 144 nos permite inferir en los contactos y transferencias de ideas y materialidad que se producen en la Protohistoria de la Península Ibérica, y más concretamente en el valle Medio del Duero».

Otras de las novedades presentadas ayer fue la referente a la muralla vaccea de Coca, en la provincia de Segovia, descubierta casualmente durante las obras de ampliación del graderío de un campo de fútbol. Con las dos catas realizadas se ha confirmado a existencia de esta fortificación de la Edad del Hierro, así como su conexión con la posterior muralla del siglo XII. «A unos cuatro metros hacia el exterior de la muralla vaccea, se documenta una estructura muy endeble y mal conservada de adobe que creemos constituyó una defensa adelantada a la propia línea de la muralla», indica el informe expuesto por los responsables de la excavación cercana al castillo mudéjar de la villa segoviana.

Las otras dos excavaciones presentadas ayer se sitúan en la provincia de Palencia. En el de Dessobriga, colindante con la provincia de Burgos (entre Osorno y Melgar de Fernamental ) se han descubierto amplias zonas de asentamiento vacceo-romano, «cuya cultura material apunta a un establecimiento continuado desde momentos tempranos del Hierro hasta fases altoimperiales (Augusto-Tiberio-Claudio)», afirma el estudio, así como que las dimensiones de la ocupación del entorno son mucho mayores a las calculadas inicialmente.

Por último, en el yacimiento arqueológico de La Ciudad, en Paredes de Nava (Palencia), la excavación ha permitido descubrir la existencia de un sistema defensivo doble que cierra La Ciudad por su flanco más vulnerable –situado al Norte-Noreste-Este– que no está protegido por la pendiente natural del páramo. También se ha comprobado la presencia de un sistema de muralla y fosos de más de un kilómetro de longitud y en torno a 40 metros de anchura, interrumpido por varias puertas en distintos puntos. Asimismo, en la intervención de 2016 se ha descubierto un pozo excavado en el fondo del foso, «cuyo particular contenido parece indicar la existencia de alguna ceremonia de carácter ritual», concluye el informe.

Fuente: El Norte de Castilla

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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