Iñaki Líbano: “Uribe Kosta es el sitio arqueológico al aire libre más importante del Cantábrico”
Iñaki Líbano (Getxo, 1961) creció siguiendo los pasos de José Miguel Barandiaran y sus excavaciones por todo Uribe Kosta. “Me gustaba mucho la arqueología y la prehistoria, y con 17 años empecé a inspeccionar lugares. Según iba encontrando piezas, las iba clasificando. Eso ha resultado ser un diario arqueológico de un valor incalculable”, reconoce.Así descubrió en 2002 el yacimiento de Aranbaltza, situado en Barrika, y en el que llevan cuatro años excavando. La última vez, el pasado mes de agosto -del 17 de julio al 17 de agosto-, durante la cuarta campaña financiada por la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Barrika, en la que Líbano ha participado junto a un equipo de quince personas a las órdenes de Joseba Ríos, arqueólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).
En 35 años de investigación ha encontrado más de 4.000 restos arqueológicos y descubierto 65 yacimientos en 42 puntos de Uribe Kosta.
¿Tantos tesoros guarda esta comarca?
-Sí, Uribe Kosta es la zona arqueológica al aire libre más importante de la cornisa cantábrica. Aquí tenemos detalladas todas las fases culturales de los homínidos, desde el Paleolítico inferior, con herramientas de hace unos 300.000 y 400.000 años en Sopela, pasando por todas las culturas neandertales y los Homo sapiens hasta la época de los romanos. Todo está catalogado en diferentes yacimientos.
¿A qué se debe semejante riqueza cultural?
-Hay varios motivos. El principal es la existencia de una gran riqueza de materia prima, concretamente de sílex, un material fundamental para la supervivencia del hombre prehistórico. Sin el sílex no podían hacer herramientas ni manufacturar los alimentos.
La última excavación en Aranbaltza, “el único yacimiento Chatelperroniense al aire libre de la península ibérica”, según destacan, les ha llevado a hallar 1.400 piezas en apenas siete metros cuadrados.
-Sí, ha sido increíble. En esta cuarta campaña sabíamos que los restos de la época Chatelperroniense estaban localizados a un metro y medio de profundidad. Para llegar hasta ese punto ha habido que excavar durante estos cuatro años porque la zona más cercana a la superficie también tenía restos arqueológicos, digamos más modernos, que había que analizar.
¿Qué materiales han encontrado en esta campaña?
-Abundantes herramientas de piedra y restos de su fabricación correspondientes a sucesivas ocupaciones que se produjeron al aire libre durante época Chatelperroniense, hace más de 30.000-40.000 años, así como útiles retocados, raspadores, núcleos y desechos de fabricación, a los que hay que sumar varios centenares de lascas y fragmentos de pequeño tamaño recuperados en el cribado de los sedimentos excavados y otros doscientos restos de las campañas de 2013 y 2014.
Esta serie de hallazgos, afirman ustedes, “revelan una intensa actividad humana hace unos 40.000 años en el entorno de Aranbaltza”.
-Sí, el estudio de este conjunto arqueológico nos va a permitir evaluar la función de la ocupación y las estrategias de producción y distribución del utillaje lítico durante el Chatelperroniense; por eso Joseba Ríos dice que “es un complejo cultural especialmente interesante porque sus autores fueron los últimos neandertales de Europa Occidental” y que su análisis nos permitirá profundizar en las causas de su extinción.
Joseba Ríos también afirma que “además del Chatelperroniense, en Aranbaltza hay otros niveles con evidencias de ocupaciones más antiguas, desde hace al menos 100.000 años”.
-Los restos neandertales nos han permitido descubrir evidencias muy antiguas. Además, hicimos varias catas y sabemos que hay materiales que, como mínimo, son de hace 100.000 años. Poco a poco, vamos conociendo los niveles de antigüedad que guarda Aranbaltza pero aún es una incógnita.
En la actualidad trabajan en varios sectores.
-Sí, en tres. En el primero es en el que hay evidencias del nivel Chatelperroniense; en el segundo, que lo excavamos el año pasado, con restos de culturas neandertales de unos 60.000-70.000 años de antigüedad; y el tercero que excavaremos el año que viene y que tiene también un potencial de restos muy antiguos. Joseba dice que nos quedan todavía tres o cuatro años más de excavación.
También se dedica a la arqueología experimental. ¿En qué consiste esa especialidad?
-Es una disciplina muy importante hoy en día. Siempre he intentando reproducir lo que hacían los hombres prehistóricos. Actualmente, en Bizkaia, somos pocos los que hacemos esta disciplina que consiste en comprender las pautas de estos grupos humanos para realizar sus actividades y recrear el uso y la fabricación de sus herramientas. De esta manera podemos definir muchos aspectos como, por ejemplo, cuánto tardaban en tallar, qué tipo de rastros dejan las herramientas, etc.
También ha participado en el equipo arqueológico que descubrió los paneles grabados en la cueva de Atxurra.
-Sí, soy colaborador de Diego Garate y hemos excavado dos años allí.
Fuente: deia.com | 20 de septiembre de 2016
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