El gato se domesticó con el inicio de la agricultura en Oriente Medio
Un trío de investigadores ha presentado sus conclusiones preliminares acerca de un estudio de ADN mitocondrial que llevaron a cabo como parte de un esfuerzo para aprender más sobre la historia del actual gato doméstico.
La genetista evolutiva Eva-Maria Geigl (izquierda) presentó los resultados en en el Simposio Internacional sobre Arqueología Biomolecular en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.
Para obtener más información sobre la ascendencia del gato común, el equipo (que también incluyó a los científicos Thierry Grange y Claudio Ottoni) obtuvo muestras de ADN mitocondrial de 209 gatos de varios sitios arqueológicos en todo el mundo. Las edades de los restos iban desde aproximadamente 15.000 años hasta hace sólo 300 años.
Después de la secuenciación de las muestras, los investigadores hicieron algunos descubrimientos interesantes que rodean la historia de colaboración de los gatos con los seres humanos. La primera era que parecía haber dos grandes olas migratorias para la expansión de estos felinos: la primera tuvo lugar no mucho después del desarrollo de la agricultura, y la segunda poco después de la domesticación de los gatos en el antiguo Egipto.
Los investigadores sugieren que la primera ola fue probablemente resultado de pequeños gatos que entraron en contacto con los seres humanos para hacer frente a las crecientes poblaciones de roedores que consumían el grano de sus cultivos. Los investigadores encontraron una relación entre los gatos en el Creciente Fértil y otras partes del Mediterráneo, informa Phys.org.
La segunda oleada se produjo varios miles de años más tarde y parece estar impulsado por las migraciones humanas fuera de Egipto: los investigadores encontraron vínculos entre los gatos allí y en toda Eurasia y partes de África, probablemente debido, sugiere el equipo, a agricultores y marinos que usaban gatos para hacer frente a ratas y ratones.
Hubo otro par de sorpresas. Una fue que los feroces vikingos aparentemente tenían debilidad por los pequeños gatos. Uno de ellos fue encontrado enterrado junto a su amo en una fosa común que se remonta a hace 1000 años. El otro era que los gatos atigrados no evolucionaron hasta los tiempos medievales.
Geigl tratará ahora de secuenciar el ADN de los núcleos de las células de los gatos. Lo curioso es que los gatos no son tan populares como los perros entre los proyectos de investigación y resulta más difícil encontrar fondos. En comparación con los 200 gatos de este estudio, un proyecto de la Universidad de Oxford se preparara para secuenciar el ADN de más de 1.000 perros y lobos de la antigüedad.
Fuente: lainformacion.com | ABC.es | 23 de septiembre de 2016
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