Historiadores aseguran que el Santo Grial está en basílica de San Isidoro de León
La afirmación rotunda, «sin lugar a error» la hizo esta mañana Torres Sevilla, quien hoy compareció junto a Ortega del Río, durante la presentación del libro que ambos han escrito bajo el título 'Los reyes del Grial', en el que exponen las conclusiones de tres años de investigación y los argumentos que sustentan tan llamativo hallazgo.Una investigación que comienza con el hallazgo de unos pergaminos del siglo XIV en Egipto sitúa "con argumentos fácilmente demostrables" el Santo Grial en la basílica de San Isidoro de León, templo palatino de los reyes doña Sancha y Fernando I, a quien le fue ofrecido este cáliz en el siglo XI.
Además de propiciar para la capital la eterna designación de «La bien cercada» y de que tras su resistencia al sitio de la ciudad quedará instaurado en el lenguaje popular aquello de «Zamora no se ganó en un hora», la reina doña Urraca realizó otro hito en la historia: donar un cáliz a la basílica de San Isidoro de León, que resulta ser el codiciado y venerado Santo Grial.
Los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río han desgranado los detalles de una investigación que defiende que el cáliz de doña Urraca, pieza destacada del museo de San Isidoro de León esconde la copa con la que Jesús celebró la última cena.
Dos pergaminos egipcios originales fechados en el siglo XIV han servido para que los historiadores medievales Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega aseguren que el Santo Grial se encuentra en la basílica de San Isidoro de León. «La copa que las comunidades cristianas consideraron que era la Copa de Cristo es la que se trasladó a León en el siglo XI procedente de Egipto y después de pasar por Denia». Los dos documentos señalan que el cáliz fue enviado al rey de León Fernando el Grande o el Magno en el siglo XI, después de haber sido saqueado de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde había permanecido hasta entonces y desde el siglo IV.
Lo que se puede demostrar "científicamente" a través del hallazgo de una serie de documentos y de la tipología del propio cáliz de doña Urraca y su tipo de cerámica Qumram, utilizada en Palestina en la época de Jesús, es que "la copa que los artesanos de Jerusalén consideraron que era la usada por Cristo está en León desde el siglo XI", han concretado.
A este respecto, han agregado que en torno al Santo Grial como tal hay una leyenda en la que se mezclan mitos con historias alimentadas por los trovadores a lo largo de los siglos que constituyen la parte "no demostrable".
La investigación, que se ha realizado durante los últimos tres años y se ha llevado en silencio "debido a la importancia del hallazgo" comenzó con un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León que estudiaba las piezas musulmanas de San Isidoro. A los historiadores les llamó la atención la cantidad de piezas de procedencia egipcia que habían llegado como ofrenda a Fernando I, conocido como el rey de las tres religiones.
Los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río han desgranado los detalles de una investigación que defiende que el cáliz de doña Urraca, pieza destacada del museo de San Isidoro de León esconde la copa con la que Jesús celebró la última cena.
Dos pergaminos egipcios originales fechados en el siglo XIV han servido para que los historiadores medievales Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega aseguren que el Santo Grial se encuentra en la basílica de San Isidoro de León. «La copa que las comunidades cristianas consideraron que era la Copa de Cristo es la que se trasladó a León en el siglo XI procedente de Egipto y después de pasar por Denia». Los dos documentos señalan que el cáliz fue enviado al rey de León Fernando el Grande o el Magno en el siglo XI, después de haber sido saqueado de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde había permanecido hasta entonces y desde el siglo IV.
Lo que se puede demostrar "científicamente" a través del hallazgo de una serie de documentos y de la tipología del propio cáliz de doña Urraca y su tipo de cerámica Qumram, utilizada en Palestina en la época de Jesús, es que "la copa que los artesanos de Jerusalén consideraron que era la usada por Cristo está en León desde el siglo XI", han concretado.
A este respecto, han agregado que en torno al Santo Grial como tal hay una leyenda en la que se mezclan mitos con historias alimentadas por los trovadores a lo largo de los siglos que constituyen la parte "no demostrable".
La investigación, que se ha realizado durante los últimos tres años y se ha llevado en silencio "debido a la importancia del hallazgo" comenzó con un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León que estudiaba las piezas musulmanas de San Isidoro. A los historiadores les llamó la atención la cantidad de piezas de procedencia egipcia que habían llegado como ofrenda a Fernando I, conocido como el rey de las tres religiones.
El origen de la aventura que ha concluido con un descubrimiento que para sus responsables no da lugar a dudas, se encuentra en un trabajo de investigación que la Consejería de Cultura financió sobre las piezas de procedencia islámica que se encuentran en la basílica de San Isidoro. La localización de un arca de plata del visir Sadaqa ibn Yusuf hizo que se enviase a un documentalista a Egipto para profundizar en el tema y el trabajo posterior dio con los pergaminos que han resultado claves para averiguar que la Copa de Jesús que le fue arrebatada a la comunidad cristiana de Jerusalén fue trasladada a León desde Denia, cuyo emir había respondido a la llamada de socorro lanzada desde Egipto durante una terrible hambruna.
La falta de una esquirla del cáliz, que saltó durante su viaje a Occidente es otro de los rasgos que apoyan la argumentación de los historiadores, soportada también con otros hallazgos documentales. «Ahora encajan todas las piezas de un enorme puzzle que estaban deslabazadas», señaló José Miguel Ortega, antes de reconocer que quedan muchas preguntas por responder sobre, por ejemplo, dónde estaba el cáliz hasta el año 400 o «por qué no sacó pecho el rey de León de tenerlo en su tierra».
200 supuestos Griales
Margarita Torres comentó que sólo en Europa hay «localizados» unos 200 supuestos Santos Griales y aseguró que el libro desmonta la supuesta autenticidad de algunos de los más afamados. «La Copa de Cristo que lo fue para las primeras comunidades de cristianos es la que se trasladó a León», reiteró antes de recordar que su apariencia original nada tiene que ver con la lujosa imagen que ofrece el hasta ahora conocido como el Cáliz de Doña Urraca, recubierto de oro y con joyas que la propia Urraca donó.
La historiadora también tuvo un recuerdo para el que fuera abad de San Isidoro, Antonio Viñayo, estudioso del que dijo, «fue el primero en apuntar la posibilidad de que el Santo Grial estuviese en León». Las pinturas del Panteón de los Reyes del templo, dijo, también avalan la afirmación que ahora puede tener repercusiones en el ámbito académico y también puede provocar un aumento de la visita de turistas 'de calidad' a León, además de los estudiosos del tema.
La Fundación Monteleón ha patrocinado la edición de una obra que, según destacó su máximo responsable, José Manuel Fernández Corral, merece el apoyo de la institución por sus «aportaciones históricas e implicación con León». La presentación tuvo lugar en el Edificio Botines de la capital leonesa y estuvo acompañada de una proyección de imágenes que documentaban algunos de los detalles aportados por los autores sobre su trabajo.
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