Carnívoros que vivieron en Madrid hace 9 millones de años

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Una trampa de la naturaleza ha permitido conservar en muy buen estado la extraordinaria fauna que hace nueve millones de años vivió en el territorio que hoy ocupa Madrid. El tesoro que encierra el Cerro de los Batallones, considerado el mayor yacimiento de carnívoros del mundo, va saliendo a la luz poco a poco, campaña a campaña.

Las excavaciones de este año concluyen este lunes, 30 de julio, tras cuatro semanas de trabajo. Uno de los principales hallazgos de esta temporada ha sido una pieza dental (el primer molar inferior o carnicero) que confirma que en esta zona vivió el 'abuelo' del oso panda rojo ('Ailurus fulgens'). Se trata de un animal de tamaño mediano y dieta vegetariana, que actualmente sólo se encuentra en el Himalaya.
Los investigadores ya habían hallado en anteriores campañas algunos huesos del esqueleto de este pariente madrileño del panda rojo, pero la pieza dental encontrada en la campaña de 2012 les ha proporcionado mucha más información (la dentición equivale al carné de identidad del animal). El descubrimiento servirá para completar la rama evolutiva de 'Ailuridae', una familia muy rara en el registro fósil de la que, sin embargo, ya se habían encontrado ancestros con 15 millones de años de antigüedad en otros yacimientos de Madrid (en la Estación Imperial y en Príncipe Pío), como explicó Jorge Morales Romero, director de las excavaciones y paleontólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), durante la visita que realizamos al Cerro de los Batallones.
Junto a esta pieza dental se ha hallado una cabeza de rinoceronte y decenas de piezas, que se unen a los miles de fósiles desenterrados desde 1991, cuando se descubrió este yacimiento por casualidad, durante los trabajos de extracción de sepiolita de la empresa minera Tolsa. Las excavaciones, financiadas por la Comunidad de Madrid desde el año 2000, están lideradas por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
A lo largo de estos años se han encontrado restos de mastodontes, rinocerontes, tigres con dientes de sable, hienas primitivas, jirafas con cuatro cuernos, tortugas gigantes… Animales de todo tipo, pero sobre todo carnívoros, quedaron atrapados en un sistema de cavidades naturales que actuó como una trampa para los animales.

Trampas naturales

El conjunto del Cerro de los Batallones comprende nueve sitios de interés paleontológico. De los 10 hoyos que se encontraron (y que han sido numerados del uno al 10) sólo uno de ellos no tenía fósiles de animales. Según explica Jorge Morales, es que la erosión haya destruido muchas otras cavidades. Sin embargo, el registro de estos nueve yacimientos, que la Comunidad de Madrid declaró Bien de Interés Cultural en 2001, "han convertido al Cerro de los Batallones en un centro de documentación paleontológica excepcional a nivel mundial", asegura.
Hay varias razones que hacen que estos yacimientos sean singulares: "Se originaron como consecuencia de un proceso geológico llamado 'piping' o tunelación, que consiste en la formación de cavidades en sedimentos de tipo detrítico. La otra razón es que funcionaron como trampas de los vertebrados que vivían en el entorno hace nueve millones de años. En general las partes inferiores de las cavidades atraían a los carnívoros, que eran más ágiles y tenían facilidad para entrar. En estos hoyos se formaron también lagos efímeros, con mucho barro, en donde los animales que iban a beber quedaban atrapados, sobre todo los de gran tamaño, como rinocerontes, jirafas o mastodontes", continúa.
Y así fue como se acumularon estos fósiles durante un periodo que pudo durar entre 100.000 y 500.000 años, explica Morales mientras varios estudiantes de paleontología sacan un rinoceronte de Batallones 10.

Tigres con dientes de sable

Otra de las particularidades de este yacimiento, según el investigador del CSIC, es la gran acumulación de jirafas, algo muy poco frecuente. "Iban a beber y quedaban atrapadas en los hoyos, como otros herbívoros". Pero lo más sorprendente es que se hayan hallado tantos carnívoros.
El paleontólogo Juan Abella subraya que "lo habitual en un yacimiento convencional es encontrar entre el 10 y el 15% de carnívoros, que es lo que hay en un ecosistema actual. En 'Batallones 3' [una de los nueve cavidades en las que se han hallado fósiles], sin embargo, el 99% de los animales eran carnívoros, lo que nos indica que pudieron quedar atrapados. La carne atraía más carne", explica delante de una tortuga gigante y del fósil semienterrado de un gran félido, parecido a un tigre con dientes de sable.
Estos animales son, sin duda, las estrellas de la amplia colección de fósiles. En el Cerro de Batallones vivían los temidos félidos con dientes de sable 'Promegantereon' y 'Machairodus' (dos géneros distintos), que se extinguieron hace unos 11.000 años.
Manuel Salesa, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales, es el encargado de estudiar los dientes de sable hallados en el yacimiento: "Estos félidos inmovilizaban a la presa, mordían con sus afilados dientes y cortaban los vasos sanguíneos y la tráquea. El animal se desmayaba porque perdía el riego sanguíneo y moría de forma inmediata. Era un método más eficaz que el de los actuales félidos, pues este sistema les evitaba tener que mantener inmovilizada a la presa durante varios minutos", explica mientras sostiene una espectacular mandíbula fosilizada.

Similitudes con la sabana africana

La fauna que pobló esta zona hace nueve millones de años recuerda a la que en la actualidad habita en la sabana africana. Jorge Morales señala la dificultad de encontrar un paralelismo del ecosistema en el que vivieron estos animales con un paisaje actual, ya que han pasado nueve millones de años, aunque sí ve algunas similitudes con la sabana: "Por clima y vegetación sería parecido, aunque la asociación de carnívoros y herbívoros sería un poco diferente. Sí tendríamos grandes herbívoros (elefantes, jirafas, rinocerontes), como en la sabana, y sobre todo encontraríamos unas asociaciones de carnívoros muy variadas, con muchísimos depredadores de todo tipo. En este aspecto sí que hay una clara analogía con el funcionamiento de las sabanas actuales", asegura.
Algunos de los fósiles encontrados se exhiben en el Museo Arqueológico Regional, en Alcalá de Henares, pero la mayor parte de ellos está siendo investigada en el MNCN. Aunque el yacimiento no está abierto al público, la Comunidad de Madrid planea construir un centro de interpretación para visitantes, según explicó Javier Hernández, viceconsejero de Cultura y Deportes, durante su visita al yacimiento la pasada semana. Hasta ahora, la Comunidad ha invertido unos 500.000 euros en las excavaciones del Cerro de los Batallones.

Vía: www.elmundo.es

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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