Talismanes egipcios para protegerse del mal.
Para buena parte de las civilizaciones de la Antigüedad, como Egipto, Grecia o Roma, la magia era una realidad palpable, capaz de dañar y destruir a sus víctimas o, en su cara más amable, proteger frente a los peligros cotidianos o incluso servir de "escudo" contra los maleficios.
Uno de los ejemplos más singulares lo encontramos en Londres, en el célebre y siempre concurrido British Museum.
Allí, en una tranquila sala alejada del bullicio que acompaña a otras galerías, se conserva una sorprendente pieza que pone de manifiesto el importante papel que jugó la magia —o más bien la creencia en su existencia y efectividad— en prácticamente todas las culturas del mundo antiguo.
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Los antiguos egipcios atribuían a estas singulares piezas "mágicas", conocidas como 'Cippus'o 'Estelas de Horus', ciertas propiedades de carácter protector.
Se trata de relieves escultóricos de origen egipcio que se hicieron especialmente populares en época tardía, y de forma especial a partir del siglo VI antes de nuestra era.
Los 'Cippus' suelen representar a Horus Harpócrates —Horus el niño— "triunfando" sobre animales peligrosos, y en especial sobre cocodrilos, serpientes y escorpiones.
La razón de esta iconografía reside en el hecho de que los antiguos egipcios creían que estas estelas tenían el poder de proteger y curar —llegado el caso— frente a las mordeduras y veneno de dichos animales.
A su vez, la base de esta creencia se encuentra en un antiguo mito egipcio, en el que Horus y su madre Isis eran atacados por una alimaña mientras se ocultaban del malvado Seth en el delta del Nilo.
Thot, el dios de la sabiduría, los hechizos y la medicina, sanó las heridas de Horus y le concedió el poder de dominar a estas criaturas. De ahí que se le represente pisando los cocodrilos y sosteniendo en sus manos serpientes y escorpiones.
En algunas ocasiones Horus aparece acompañado por el dios enano Bes, una divinidad también relacionada con la protección a las madres y sus niños, así como con amuletos mágicos, objetos que también fueron usados de forma habitual como método para protegerse de picaduras de animales venenosos.
Tampoco es extraño en este tipo de piezas que aparezca representado, aunque sea en jeroglíficos, el dios Heka, divinidad egipcia de la magia.
Este tipo de piezas son relativamente abundantes, así que la próxima vez que visitéis algún museo que cuente con una colección de antigüedades egipcias estad atentos, pues es muy posible que tengáis la oportunidad de ver una de estas curiosas estelas mágicas.
Fuente: Yahoo Noticias, artículo de Javier García Blanco.
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