Los primeros Homo Sapiens podrían comunicarse a través de Símbolos

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Foto: Tipología de los signos no figurativos (Genevieve von Petzinger)
Vía: The Guardian | Robin Mackie| 11 de marzo de 2012 (Traducción: G.C.C.)

Visite las cuevas de Pech Merle, de Font-de-Gaume y Rouffignac, en el sur de Francia, y será testigo de algunas de las obras artísticas más impresionantes que nuestro planeta puede ofrecer. Las imágenes de bisontes, leones y otras criaturas, aparecen en las paredes de las cavernas. Manadas de caballos y un rinoceronte de vez en cuando, por no mencionar algún que otro mamut singular y un toro gigante, desfilan a través de las rocas. Muchos animales son representados en vivos colores, con un sentido de la perspectiva y de los detalles anatómicos, que sugieren que aquellos artistas habían adquirido una habilidad considerable.

Estas galerías subterráneas, que se encuentran sobre todo en Francia y España, también resultan ser extremadamente antiguas. Las representaciones artísticas de Rouffignac han sido datadas alrededor de 13.000 años atrás, mientras que en la cercana Chauvet y Lascaux, se cree que tienen más de 30.000 años de antigüedad. Este testimonio en las paredes de roca, en pinceladas de ocre y carbón vegetal mezclado con la saliva y grasa, muestra que nuestros antepasados cazadores-recolectores podían representar el mundo que les rodeaba de una manera sorprendentemente sofisticada. Tal como el crítico de arte, John Berger, dijo alguna vez de estos pintores, ellos parecen haber tenido "la gracia desde el principio". Picasso estaba aún más impactado. "No hemos inventado nada", comentó con tristeza, después de que visitara Lascaux en 1940 para inspeccionar la obra de sus predecesores de la Edad de Piedra.

No es sorprendente que estas pinturas atraigan a decenas de miles de visitantes cada año. Sin embargo, hay otro aspecto de este arte que a menudo escapa a la atención, pero que ahora está ofreciendo a los científicos nuevas ideas acerca de nuestra reciente evolución. En lugar de estudiar esos magníficos caballos al galope y bisontes, los investigadores están investigando los símbolos pintados al lado de ellos.

Estos signos son raramente mencionados en la mayoría de los estudios de arte rupestre antiguo. Algunos están reunidos en grupos, otros aparecen en solitario o de dos en dos, mientras que otros se mezclan con las imágenes de los animales de las cuevas. Hay triángulos, cuadrados, semicírculos, círculos completos, ángulos abiertos, cruces y grupos de puntos. Otros son más complejos: dibujos de manos con dedos falseados (conocidos como manos en negativo); filas de líneas paralelas (llamadas estrías de dedos), diagramas de símbolos como ramas, conocidos como penniformes, o pequeños bocetos de chozas, entidades llamadas tectiformes. En total, 26 signos específicos que se utilizan repetidamente en estas cuevas, creados en los milenios en que Europa descendió -y salió- hacia la última Era Glacial.

"Estos símbolos están por todas partes en las paredes de las cuevas, pero en realidad nadie los nota", dice Genevieve von Petzinger (izquierda) de la Universidad de Victoria, en la Columbia Británica. "Por ejemplo, en el reciente documental de Werner Herzog sobre la cueva de Chauvet, 'Cave of Forgotten Dreams', él se concentra totalmente en las pinturas de los caballos y los rinocerontes, y deja que su cámara barra más allá de los símbolos, como si ellos simplemente no estuvieran allí".

Eso es un error, de acuerdo con von Petzinger. Los símbolos proporcionan una clara evidencia de la forma en que nuestros ancestros pasaron de representar ideas de modo realista -como en esas bellas imágenes de bisontes y mamuts- a la etapa en la que comenzaron a representar los conceptos simbólicamente. En algunos casos, las señales parecen surgir del uso de imágenes truncadas de un animal y, finalmente, llegar a actuar como un símbolo de ese animal en su totalidad. Por ejemplo, una línea ondulada utilizada para representar la parte de atrás de un caballo, en una pintura de gran tamaño, finalmente llega a representar al caballo entero en diferentes conjuntos de pinturas.

Pero hay más en la obra de von Petzinger que el estudio de la aparición de los símbolos. Trabajando con su colega Abril Nowell (izquierda), ella ha creado una base de datos de todos los signos que se encuentran en más de 200 cuevas, y otros refugios, de Francia y España. El objetivo es estudiar dónde y cuándo se utilizaron por primera vez y en qué combinaciones, y compararlas con las marcas que se encuentran en otros objetos antiguos. Los resultados son sorprendentes, pues la base de datos muestra que muchos símbolos están frecuentemente organizados en grupos específicos que se repiten una y otra vez en diferentes cuevas (una mano negativa con dedos en estrías, por ejemplo).

"Lo que encontramos fue bastante notable", dice von Petzinger. "Hay un patrón definido en la forma en que estos signos fueron utilizados". En otras palabras, ella y Nowell han demostrado que estas marcas no son simples garabatos abstractos, sino que parecen ser un código que fue pintado en las rocas por gentes Cro-Magnon, los cuales vivieron en Europa hace 30.000 años. Parece que han encontrado evidencias de que alguna forma de lenguaje escrito estaba siendo intentado por nuestros antepasados de la Edad de Piedra, una idea que -si se comprueba- retrasaría el nacimiento reconocido de la escritura desde unos 6.000 años atrás, tal como la que produjeron las primeras sociedades agrarias, a unos increíbles 30.000 años atrás.

Von Petzinger y Nowell se mantienen cautelosas, sin embargo. "No podemos usar las letras 'L' o 'W' todavía", dice Nowell. "Esta no es la escritura tal como la conocemos o un lenguaje como nosotros lo entendemos. Sin embargo, en estas cuevas estamos buscando el patrón de los símbolos, y, si somos capaces de desentrañarlo, podemos llegar a su significado".

Su cautela es comprensible. Sin embargo, la evidencia es sorprendente. Por ejemplo, von Petzinger ha encontrado un conjunto de cinco símbolos -"II ^ III X II"- que son especialmente comunes, pues aparecen en las paredes como un motivo recurrente. Curiosamente, ella ha descubierto recientemente la secuencia en otra ubicación inesperada.

"En San Germain-de-la-Rivière, al norte de Burdeos, el esqueleto de una mujer joven -datada con alrededor de 15.500 años de antigüedad- fue descubierta con un collar hecho de dientes de ciervo rojo", añade von Petzinger. "Tres de estos dientes tienen marcas en ellos: 'II ^' estaba en uno, 'III' en otro; y 'X II' en el tercero. Tenemos nuestros cinco símbolos comunes representados en los dientes del collar".

En aquel tiempo no había ciervos rojos en Francia y se cree que los dientes del collar vinieron de España, posiblemente como elementos de intercambio entre diferentes tribus. La obsidiana y otros bienes se sabe también que se intercambiaban entre los grupos de estas regiones. Pero si las piezas dentales del collar llegaron por esta vía, ¿los símbolos fueron tallados en ellas antes o después de su llegada a Francia? Si se trata de la primera opción, esto sugiere que una forma tosca de lenguaje escrito puede ya haber vinculado a los diferentes grupos de cazadores-recolectores de Cro-Magnon que vivían entonces en el sur de Europa. Tal vez los símbolos representan las letras de un nombre o es posible que contengan un mensaje religioso.

"Es imposible decirlo hoy, pero los dientes de ciervo son, sin duda, una información muy importante", dijo Nowell. "Ellos sugieren que los cinco símbolos representan tres unidades específicas de significado. No podemos decirlo a partir de las pinturas rupestres, donde aparecen confundidas. Esto puede no ser escritura tal como la conocemos, pero igualmente no son garabatos al azar en una pared".

En efecto, este trabajo forma parte de una información revoluciónaria, añade von Petzinger. "Los científicos habían notado estos símbolos antes, pero hasta que no hicimos nuestra base de datos no hemos podido analizarlos correctamente. Hoy en día, puedo pedir a mi base de datos cualquier cuestión que guste. Por ejemplo, ¿cuántos hectiformes se han hallado en cada cueva en la que fueron pintados, por ejemplo, entre hace 15.000 y 20.000 años atrás? La base de datos, poco a poco, saca los patrones".

Foto: Signos geometricos hallados en la cueva de Niaux, Francia.
No obstante, su trabajo tiene otro aspecto críticamente importante. Esas cadenas de símbolos parecen haber sido de uso común hace 30.000 años, cuando los humanos modernos se extendieron por Europa después de haber visto desaparecer a los neandertales. La pregunta es: ¿cuándo los humanos modernos los desarrollaron y usaron por primera vez? ¿Los inventó el Homo sapiens después de que llegara a Europa o tienen un linaje aún más antiguo? ¿Es posible que nuestros antepasados los llevaran fuera de sus lugares de origen africano cuando comenzaron su diáspora mundial hace unos 70.000 años?.

Las respuestas a estas preguntas revelan una división clave en el mundo de la paleontología y la antropología. Por un lado, científicos como Richard Klein, de la Universidad de Stanford, Nicholas Conard, de la Universidad de Tübingen, en Alemania, y otros, la conducta humana avanzada -que implica el uso de símbolos complejos, el arte y herramientas sofisticadas- no apareció hasta hace unos 35.000 años, durante un repentino florecimiento de la creatividad llamada el Gran Salto Adelante. Señalando que obras como las de Chauvet, Lascaux y otras cuevas, así como los descubrimientos que sugieren los instrumentos musicales, las barcas y objetos religiosos, se hicieron por primera vez alrededor de este tiempo, los defensores de esta teoría argumentan que un cambio abrupto en nuestro comportamiento -posiblemente debido a mutaciones en el ADN que afectaron a nuestro intelecto y a las estructuras cerebrales- se produjo a medida que los Homo sapiens comenzaron a llegar a Europa. Estos cambios entonces desencadenaron una revolución cultural que más tarde se extendió por todo el mundo.

Otros científicos no están de acuerdo, entre ellos Alison Brooks, del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, en Washington, y el profesor Peter Mitchell, de Oxford. Ellos argumentan que hay un montón de evidencias que indican que los humanos habían alcanzado su potencial intelectual mucho antes de que salieran de África. Recientes descubrimientos realizados en el sur de África incluyen pequeñas puntas de silex, las cuales pueden ser las primeras flechas que se han hecho, y piezas bellamente diseñadas de ocre que sugieren trabajos artísticos y ornamentos estaban siendo creados entre 70.000 y 90.000 años atrás. No hubo Gran Salto Adelante, un concepto que Mitchell ha descrito como "un sin sentido eurocéntrico".

¿El trabajo de von Petzinger y Nowell arroja alguna luz sobre esta división? Después de todo, su trabajo se centra estrechamente en el período crucial en que el Gran Salto Adelante se supone que se ha producido. ¿Alguno de esos símbolos en Lascaux, Chauvet y Rouffignac, aparecen en las primeras formas de arte que se encuentran en Sudáfrica? De acuerdo con von Petzinger, la respuesta es probablemente sí. Muchos de los remolinos, cruces, círculos, ángulos abiertos y rayas, vistos en Francia se encuentran también en obras de mayor antigüedad en África. Por ejemplo, el símbolo de ángulo abierto se puede ver en los grabados de la Cueva de Blombos, en Sudáfrica, donde se han econtrado artefactos artísticos de unos 75.000 años de antigüedad.


Foto: Caballos rodeados de manos en negativo, circulos y rayas.

"Cuando usted mira a los símbolos en las cuevas de Francia y España, tiene que darse cuenta de que estas son cosas que nuestros antepasados ya estaban a gusto con ellas", dice von Petzinger. "Ellos habían estado utilizándolas durante mucho tiempo", De hecho, añade, las obras de equivalente perfección a las pintadas en las paredes de las cuevas de Francia fueron creadas probablemente en épocas anteriores, pero se han perdido o se han deteriorado. "Símbolos anteriores tendían a ser grabados en los productos perecederos, tales como la madera y las pieles, las cuales se habrán desintegrado".

En otras palabras, el genio artístico responsable de Chauvet era parte de nuestro patrimonio africano. Tal como Nowell dice: "Las cuevas son divertidos y pequeños microcosmos que protegen la pintura. Si no fuera por el hecho de que estas personas decidieron poner un poco de su arte en ellas, no podriamos habernos percatado de lo avanzados que estaban artísticamente. De hecho, las poblaciones que produjeron a estos artistas fueron gentes como usted o como yo".

Unknown

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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