Siete historias reales de terror científico
No hace falta recurrir a la ficción en Halloween: la ciencia reúne una buena cantidad de investigaciones que pueden poner los pelos de punta. Zombies, vampiros, decapitaciones y experiencias cercanas de la muerte son objeto de estudio
No hace falta recurrir a la ficción en Halloween. La ciencia también tiene su lado macabro, historias que siguen produciendo un escalofrío a la luz de la razón. Canibalismo humano, extrañas criaturas que sí existieron, animales que se comportan de forma extraña, rituales para terminar con supuestos vampiros o las experiencias cercanas a la muerte. Aquí recogemos algunas de las últimas investigaciones que se acercan a lo espeluznante.
1- Experiencias cercanas a la muerte
Algunos de aquellos que han estado a punto de dejar este mundo o que incluso han pasado por una muerte clínica y han sobrevivido relatan una serie de experiencias comunes. Sentir que el alma abandona el cuerpo, ver pasar toda tu vida ante tus ojos y descubrir una luz cegadora al final de un túnel son algunas de las vivencias más repetidas. La ciencia cree que se trata de una jugarreta del cerebro durante un suceso traumático, en el que está involucrado un funcionamiento anormal de la dopamina y del flujo sanguíneo. Conoce más sobre este extraño fenómeno aquí.
2- El extraño caso de las hormigas zombies
Pierden el control y la voluntad, su cerebro es «poseído» por completo y, cuando se acercan al lugar al que han sido enviadas, mueren sin remedio. Se comportan como zombies. Investigadores de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos han descubierto en Brasil cuatro especies de hongos del género 'Ophiocordyceps' que infectan a las hormigas y manipulan su comportamiento para obligarlas a dispersar sus esporas y poder reproducirse en los lugares que consideran idóneos. Este singular comportamiento, que parece propio de una película de terror, se describe en la revista digital PLoS ONE. Así lo contamos en ABC.es.
3- Criaturas que siguen vivas tras ser decapitadas
La actividad eléctrica en el cerebro de las ratas se agota alrededor de 17 segundos después de ser decapitadas, según han podido demostrar algunos investigadores. Pero un minuto después, una onda eléctrica lenta y prolongada también puede detectarse en el cerebro de las ratas. Algunos investigadores lo interpretan como una señal de muerte cerebral irreversible, el último coletazo del cerebro. Sin embargo, otros creen que, incluso después de esta última oleada, las células del cerebro podrían ser reanimadas.
4- La llegada del fin del mundo
La ciencia tiene un buen abanico de posibles apocalipsis, a cada cual más terrorífico. Entre ellos se encuentra un gran asteroide que impacte contra la Tierra provocando terremotos y tsunamis en todo el mundo, el cambio climático (los glaciares pueden desaparecer en el 2350, según la ONU), la transformación del Sol en una estrella gigante roja -algo que ocurrirá inevitablemente en el futuro- o una supererupción volcánica, por no citar las destrucciones masivas que puede provocar el insaciable belicismo de la humanidad. Lee aquí los diez finales del mundo más factibles para la ciencia.
5- Canibalismo humano: el hombre que devoraba niños
Hace 800.000 años, el hombre de Atapuerca practicaba el canibalismo de forma habitual. No era algo excepcional, fruto de la necesidad por la falta de alimento, ni se produjo de forma aislada por un individuo con extraños hábitos ni se trataba de un exquisitez ritual. Era.... algo normal. Simplemente, la carne humana formaba parte del menú. Aunque esta afición del Homo antecessor, nuestro más antiguo antepasado, a la carne humana ya era conocida, un estudio paleontológico de los restos recogidos en el yacimiento burgalés vino a confirmar las sospechas el pasado año. Las principales víctimas eran niños y adolescentes.
6- La «vampira» de Venecia
Un equipo de arqueólogos y antropólogos encontró en 2009 en una fosa común de la isla veneciana de Lazzaretto Nuovo el esqueleto de una mujer, víctima de la peste, cuyo cadáver fue profanado por sus coetáneos ante el temor de que regresara de la muerte. El cráneo de la «vampira» tenía un ladrillo en la boca, para que no pudiera morder. En aquella época se creía que la peste era transmitida por vampiros conocidos como los «devoradores de sudarios». Según la leyenda, estos cadáveres reanimados comenzaban a alimentarse de sus propias mortajas, luego chupaban la sangre de los demás muertos, salían de la tumba y atacaban a los vivos. A a luz de la ciencia, los temerosos vecinos confundieron algunos procesos normales del cuerpo (vientre hinchado por la descomposición o un agujero en la mortaja por el efecto corrosivo de los gases y líquidos de la boca) con las señales de un vampiro.
7- Los monstruos que sí existieron
El cráneo fosilizado de un «monstruo marino de dimensiones colosales», que vivió en los océanos hace aproximadamente 150 millones de años, apareció hace un par de años en la llamada «Costa Jurásica» del suroeste de Inglaterra. Se trata de un pliosaurio que, según las estimaciones de los científicos, medía entre 10 y 16 metros desde la cabeza hasta la cola y tenía un peso de entre 7 y 12 toneladas, por lo que pudo ser el auténtico «terror de los mares» durante el periodo Jurásico. No es el único animal extraño encontrado en los últimos tiempos. Hace unos meses, la revista Science daba a conocer el descubrimiento en Brasil de parte del cráneo y otros restos de un animal que la ciencia no había descrito jamás. Se trata de una criatura que vivió hace de 260 millones de años, antes incluso de que aparecieran los dinosaurios. Tenía el tamaño de un perro grande, muelas en el paladar y un par de caninos de 12 centímetros que salían de su boca.
Vía: http://www.abc.es/
0 comentarios: