Los caballos prehistóricos de las sabanas de Teruel
Rosa M. Tristán | MadridEl paisaje de sabana salpicado de lagos, con pinos, robles y avellanos de Teruel era, hace unos ocho millones de años, el ecosistema perfecto para los caballos prehistóricos, cuyos restos fosilizados proliferan en la provincia. Las recientes excavaciones llevadas a cabo por un equipo de Dinópolis han sacado a la luz tres especies diferentes de estos mamíferos herbívoros que convivieron en la zona hace ocho millones de años.
La excavación, dirigida por la paleontóloga María Dolores Pesquero, de la Fundación Dinópolis, tuvo lugar en Puente Minero, no lejos de la capital turolense. Allí encontraron restos del 'Hipparion laromae', una especie de equino que ya fue descubierta en el año 2006, cuando su descripción científica se publicó en la revista 'Journal of Paleontology'.
También han hallado restos, aunque en menor número, de la especie 'Hipparion matthewi', que se movió por toda esta región e incluso Valencia, dado que se ha documentado su presencia en la provincia vecina, en concreto en la Venta del Moro (Valencia). La tercera, y de la que hay menos huesos, es la 'Hipparion longipes', que tenían unos huesos de sus extremidades, llamados metápodos, más grandes que las de sus coetáneos.
Originarios de Eurasia
Un estudio comparativo realizado con fósiles de esta especie encontradas en los yacimientos y Akkasdagi (Turquía) y Pavlodar (Kazajstán) ha permitido descubrir que estos ancestros de los equinos actuales proceden de esta lejana región del continente euroasiático, al igual que el 'H. matthewi'. "Ambos son inmigrantes de localidades euroasiáticas.El 'Hipparion longipes' tuvo poca relevancia y el 'matthewi', que es más pequeño, acabó por evolucionar en la cuenca de Teruel hacia otras morfologías que aún tenían menor altura, pero que se hicieron muy abundantes en el Mioceno Superior, como demuestra la cantidad de fósiles que se han encontrado", explica Pesquero.
El artículo en donde se explican los hallazgos han sido publicados en la revista 'Paleontology'. Luis Alcalá, director científico de la Fundación Dinópolis y coautor del trabajo, explica que en aquel periodo turolense "estos pequeños caballos eran como las cebras africanas de la sabana, iban en manada y sus depredadores eran también grandes carnívoros, como los tigres dientes de sable, el equivalente de los leones".
De cara al futuro, el objetivo en este yacimiento es encontrar restos de esos depredadores. Los pequeños caballos, que también convivían con otros más grandes, acabaron por desaparecer.
Vía: http://www.elmundo.es/
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