Arqueólogos descubren una plataforma ceremonial de la antigua Tenochtitlan

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Estructura de más de 500 años, decorada con 19 esculturas de cabezas de serpiente.
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Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

Una plataforma circular de grandes dimensiones y más de 500 años de antigüedad, fue descubierta por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en el predio de Plaza Manuel Gamio, frente al Templo Mayor, en el centro de la Ciudad de México.
Las primeras hipótesis apuntan a que es posible que se trate de un cuauhxicalco o edificio ceremonial del recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan, donde quizá fueron enterrados algunos tlatoanis o gobernantes.

Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, dio a conocer que la edificación prehispánica, de aproximadamente 15 metros de diámetro y 1.5 de altura, fue hallada a cinco metros de profundidad, y corresponde a la etapa constructiva IV B del Templo Mayor (1469-1481), relativa al gobierno de Axayácatl. Dicha estructura fue desmantelada en aquella época, durante las obras de ampliación de Templo Mayor.
Destacó que este hallazgo es de gran relevancia porque “permitirá hacer una nueva ‘radiografía’ de la antigua Tenochtitlan, respecto a la distribución de los 78 edificios prehispánicos que conformaban el recinto sagrado, de acuerdo con las crónicas de fray Bernardino de Sahagún, y aportará nuevos datos sobre la historia, la arquitectura y las prácticas rituales de la cultura mexica”.

Por su parte, Raúl Barrera, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH, explicó que “la plataforma se conforma de piedras de tezontle, unidas con lodo, y recubrimiento de estuco, y posee esculturas de cabezas de serpiente empotradas alrededor, a manera de clavos arquitectónicos, de las cuales hasta el momento se han contabilizado 19, algunas hechas en toba y las de mayor tamaño —de entre 40 y 45 centímetros— en basalto”.

A su vez, Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH y fundador del PAU, mencionó que según fuentes documentales de cronistas del siglo XVI, como Diego Durán, Tomás de Torquemada, Hernando Alvarado Tezozómoc, y principalmente Bernardino de Sahagún, existían cinco cuauhxicalco(lugar del recipiente de águila) o edificios ceremoniales del recinto sagrado de Tenochtitlan, donde habrían sido enterrados algunos tlatoanis o gobernantes mexicas, y quizá este edificio sea uno de ellos, pues guarda relación directa con el Templo Mayor al estar justamente frente a él.

En ese sentido, Raúl Barrera se refirió al Códice Matritense, en el cual está representado el Templo Mayor —el principal edificio para los mexicas—, y frente a éste una plataforma circular con un sacerdote ahumando en la parte superior.

El especialista mencionó que según las crónicas de fray Bernardino de Sahagún, un sacerdote bajaba desde el Templo Mayor con una xiuhcoatl (serpiente de fuego) o víbora de papel, que era quemada en la plataforma ubicada frente al Templo Mayor, quizá como parte de una ceremonia religiosa asociada al dios de la guerra Huitzilopochtli, “lo que nos hace pensar que dicha estructura corresponde a este basamento circular recién encontrado”.

Al respecto, el titular del INAH, Alfonso de Maria y Campos, comentó que esta estructura corresponde al segundo cuauhxicalco hallado por el Instituto, de los cinco que se mencionan en las fuentes históricas, principalmente los descritos por Bernardino de Sahagún. “El primero de ellos se ubica debajo del sagrario de la Catedral Metropolitana, el cual creemos se trata del Templo del Sol, debido a sus grandes dimensiones y a las representaciones solares que tiene, y el segundo sería esta plataforma que se acaba de descubrir”.

El arqueólogo Raúl Barrera abundó que en la parte superior de la estructura circular también se hallaron dos lápidas de piedra, que quizá originariamente estuvieron empotradas en el muro: “una tiene tallada la representación de unchimalli o escudo mexica, que se relaciona con Huitzilopochtli, y la otra, la figura de un chalchihuitl u ornamento, comúnmente utilizado por esta antigua civilización, la cual presenta volutas que semejan humo, que a su vez se relacionan con el fuego, por lo que quizá en esta estructura se realizaban actividades con este elemento, probablemente incineraciones”.

Los especialistas del INAH comentaron que el hallazgo se dio durante la supervisión arqueológica de las obras que se realizan para la adecuación de un vestíbulo que servirá de acceso al museo y al sitio prehispánico.

“Al realizar sondeos para la cimentación encontramos restos de pisos: uno de ellos es de bloques de andesita rosa y corresponde a la etapa constructiva VI (1486-1502), el cual a su vez cubría el segundo piso que está conformado por lajas de basalto, y se relaciona con la etapa V (1481-1486)”, señaló el arqueólogo Barrera.

“Bajo estos pisos —añadió— encontramos un muro prehispánico redondeado, por lo que extendimos la excavación, y a principios de septiembre se determinó que se trataba de una estructura arquitectónica circular, misma que presenta buenas condiciones de conservación; consideramos que tuvo una gran relevancia para los mexicas, tanto por sus dimensiones como por su ubicación al estar frente al Templo Mayor, en orientación al adoratorio dedicado a Huitzilopochtli”.

El edificio prehispánico descubierto recientemente se localiza al suroeste de lo que fue la Plaza Principal de Tenochtitlan, frente al Templo Mayor —donde actualmente atraviesa la calle de República de Guatemala—; según los arqueólogos del INAH, abarca tanto el predio de Plaza Manuel Gamio, como parte del de Mayorazgo de Nava Chávez, también conocido como de Ajaracas, donde se encontró el monolito de la diosa Tlaltecuhtli en 2006.

Raúl Barrera indicó que en estos momentos se realiza el proceso de delimitación, identificación y liberación de la estructura, para así conocer más de sus características. Paralelamente se hacen trabajos de conservación por parte del equipo de restauradores del Museo del Templo Mayor, encaminados a reforzar el estuco que la decora, y evitar que se desprenda.

El arqueólogo refirió que la prioridad es preservar los niveles de piso correspondientes a las etapas constructivas V y VI, y hacer más sondeos para determinar si existen otras, o restos de alguna escalinata.

El director general del INAH, Alfonso de Maria y Campos, refirió que se está evaluando la posibilidad de hacer una ventana arqueológica o un andador para que la gente pueda admirar la magnificencia de esta plataforma, al momento de tener acceso al museo y a la zona arqueológica, a través de un nuevo vestíbulo que previsiblemente estará listo el próximo año.

Al respecto, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma resaltó la colaboración de diversas áreas del INAH, que suman esfuerzos para continuar con el proyecto de creación del vestíbulo del Templo Mayor, así como para la conservación de los vestigios arqueológicos que se podrían seguir encontrando, entre ellas, las coordinaciones nacionales de Arqueología, de Conservación del Patrimonio Cultural, de Obras y Proyectos, de Monumentos Históricos, de Museos y Exposiciones y, el Consejo de Arqueología.

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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