Aparecen nuevas pinturas en Çatalhöyük (Turquía)

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Refugio del yacimiento de Çatalhöyük. Fotos: Jason Quinlan

Un par de refugios de la era espacial sobresalen en los campos de remolacha y cebada de la llanura de Konya, y son la primera visión del Proyecto de Investigación Çatalhöyük, donde los arqueólogos están excavando una aldea neolítica de 9.000 años de antigüedad.
Los expertos, armados con escalpelos, raspan con cautela las micro-capas de yeso de una pared espesa excavada el mes pasado, a fin de sacar a la luz lo que el director del proyecto, el arqueólogo británico Ian Hodder (foto a la izquierda), calificó de "muy emocionante" y "particularmente interesante" pintura con rojos intensos y naranjas rojizos, los cuales se piensa están hechos de ocre rojo y cinabrio.

"Estamos quitando muchas, muchas capas de yeso. Tenemos un programa donde un equipo conjunto de conservadores turcos y británicos tratan de sacarlas una por una, por lo que es una labor extremadamente lenta", dijo el Dr. Hodder esta semana por teléfono.

"Me llamaron desde donde ellos estaban trabajando, porque vieron un poco de pintura. El modelo inicialmente no parecía mucho: a menudo encontramos sólo pequeñas motas de pintura o una pared pintada toda de rojo. Pero esta vez, gradualmente, resultó que se trataba de una pintura completa, y la mejor preservada que yo haya visto en Çatalhöyük , con colores maravillosamente frescos, brillantes y con líneas muy ordenadas".


Foto: La pared hallada con pinturas geométricas de color ocre.


El anuncio del descubrimiento se difundió rápidamente a través del equipo internacional en el recinto, a medida que más pintura quedaba expuesta.

"Es, de lejos, la pintura más intrincada y elaborada que hemos encontrado durante las excavaciones desde mediados de los años 90", manifestó el Dr. Hodder. "Hemos estado esperando bastante tiempo para obtener algo así tan elaborado".

Sin embargo, las pinturas de la Edad de Piedra no vienen con etiquetas explicando lo que son.

"Un aspecto interesante de algunas de las pinturas de Çatalhöyük es que son muy enigmáticas y llenas de ambigüedad, muy difíciles de interpretar", advirtió el Dr. Hodder.

"Las dos propuestas principales por las que este nuevo descubrimiento puede aparecer son que el mismo es simplemente un diseño geométrico, cuyo significado no está claro. Otra alternativa es que no es sólo un diseño geométrico, sino que es una representación de ladrillos, una especie de estructura", tal vez un primitivo plan inicial de algún tipo.

Las casas eran "un símbolo social muy importante y un foco de vida en Çatalhöyük", recordó. "Tal vez estaban tratando de diseñar la relación entre ellos y las casas, pero no es fácil establecer el sentido del diseño. Tenemos que trabajar más sobre ello".

Çatalhöyük -donde la gente ocupaba casas de adobe desde el 7400 a. C. al 6000 a. C., aproximadamente- está a 60 kilómetros al sureste de Konya, en el centro de Turquía. La zona está salpicada de montículos suavemente crecientes que ocultan las antiguas raíces de urbanización y que atraen a los arqueólogos de todo el mundo.

Un equipo internacional de 22 países trabajó en el yacimiento este año, dirigidos por expertos de la Universidad de Stanford, en California, y del Colegio Universitario de Londres, en Gran Bretaña, y con el respaldo de patrocinadores como Boeing, Shell y el banco turco Yapi Kredi.


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El área fue excavada por primera vez en 1960 por otro británico, James Mellaart, ahora con 85 años de edad, quien estableció que había sido el hogar de una cultura avanzada de gentes evolucionando desde un estilo de vida nómada de cazadores-recolectores a un estilo de vida agrícola más estable.

Sus casas eran uniformemente rectangulares, a las que entraban por agujeros en las azoteas en lugar de hacerlo por puertas delanteras. Cada una tenía un horno y una chimenea, además de plataformas que parecen haber sido utilizadas para dormir. Cuando se necesitaba una casa nueva se construía sobre la anterior. Las casas también servían como cementerios: los muertos eran enterrados bajo el suelo.


Foto: Un enterramiento en el suelo de una de las viviendas

Otro hallazgo de este verano fue una hilera de 11 huellas de manos dentro de una casa y sobre una plataforma funeraria. Otro más fue el descubrimiento de la cabeza de un becerro que había sido pintada de rojo e instalada en una casa sobre una plataforma que cubre nueve entierros.


Foto: Hilera de manos en color ocre


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"Un tipo de patrón que hemos observado es que las pinturas parecen concentrarse en torno a plataformas de entierro", dijo el Dr. Hodder. "No entendemos realmente cuál es la relación. ¿Es una manera de comunicarse con los muertos? Otra idea sería que las pinturas están ahí para proteger a las personas de los muertos, o para proteger a los muertos de la gente".

Durante más de 1.400 años 16 capas de viviendas fueron formándose, correspondiendo a cada una hasta 8.000 personas. El equipo del Dr. Hodder ha excavado a través de las 16 capas hasta llegar a un lago de la era del Pleistoceno.
"Desde el comienzo de las excavaciones hasta la fecha hemos encontrado que todas las casas se construyeron unas encima de las otras", afirma Shahina Farid (foto a la izquierda), directora del proyecto de campo del Colegio Universitario de Londres. "No hay calles o callejones. Era una población muy densa. Sin embargo, una gran cantidad de actividades tenían lugar en las azoteas, al igual que los desplazamientos, los cuales se realizaban sobre el nivel de los techos. Y entre los grupos de casas había zonas abiertas donde tiraban la basura. Luego están aquellas áreas que son las más ricas para nosotros, porque realmente mantienen sus casas muy limpias".

Para la señora Farid, descifrar lo inescrutable es parte del atractivo.

"La arqueología siempre atrae a la gente, porque es como armar un rompecabezas juntos", dijo durante una entrevista en el yacimiento "Y es un rompecabezas que nunca, nunca, se completa. Siempre van a faltar piezas, y luego está esa sensación de asombro: que hay cosas que hacemos hoy en día y que la gente estaba realizando hace 9.000 años. Usted no puede dejar de impresionarse por eso".

"Estamos tratando de comprender por qué eligieron este lugar para vivir. Nos fijamos en lo que llamamos su arte. ¿Por qué estaban tan interesados en los toros? ¿Por qué usaron ciertos diseños geométricos? ¿Cuáles eran sus actividades diarias y cuáles fueron las actividades rituales? Tratamos de definir todo esto. ¿Estamos observando los inicios de la religión? ¿Y qué es todo este simbolismo que alude acerca de los inicios de la civilización?".


Foto: Cuernos de toro dentro de una vivienda de Çatalhöyük

Si suena un poco como a trabajo detectivesco, es que lo es. El equipo tiene incluso un experto forense en incendios trabajando en el lugar.

"La arqueología es un poco como C.S.I.", dijo Farid, refiriéndose a la serie de televisión Crime Scene Investigatión. "Hay ciertas cosas que sabemos que sucedieron. Una pared es una pared. Pero alguien puede llegar y decir ¿por qué cree usted que eso es una pared? Y usted la mira y piensa, bueno, es de ladrillos de barro y es una pared. Alguna vez, en el futuro, alguien comenzará a cuestionar por qué interpretamos algo como una pared. Pero, por ahora, sólo podemos interpretar basándonos en los datos que tenemos a mano".

El Dr. Hodder, ahora en Stanford, ha estado investigando en Çatalhöyük desde 1993 con un permiso de 25 años otorgado por el Ministerio de Cultura y Turismo, y bajo los auspicios del Instituto Británico de Arqueología de Ankara. La directora asistente del proyecto es Serap Özdöl, de la Universidad Egea de Izmir. Oficialmente, su objetivo es triple: excavar el yacimiento, conservarlo junto con sus hallazgos y presentarlo al público.


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El terreno deberá estar listo para nuevos descubrimientos en los próximos años. "Sólo hemos excavado el 4 por ciento de Çatalhöyük", dijo el Dr. Hodder. "Lo que hemos hecho es como excavar una parte muy pequeña de Nueva York y luego inferir de ello cómo fue la vida".

De un tercio a la mitad de las personas que excavan en el yacimiento son de Turquía, dijo. "Yo lo veo, cada vez más, como un proyecto turco y esperamos que se entregue, finalmente, a un equipo turco".

Conseguir la involucración de la comunidad local es clave para preservar el trabajo realizado durante las últimas décadas en Çatalhöyük. El año pasado, 15.000 personas visitaron el yacimiento.

Mientras que el centro de visitantes está abierto todo el año y contiene réplicas de los hallazgos de la excavación, las principales reliquias se muestran en el Museo de la Civilización de Anatolia, en Ankara, y en el Museo Arqueológico de Konya.


Foto: Escolares visitando el yacimiento.

Muchos de los visitantes son niños en edad escolar. "Ellos tienen un gran día aquí", dijo Farid, la directora de campo. "Y como dice Gulay Sert, que es quien dirige nuestro proyecto de escuela de verano, si uno de estos niños crece hasta convertirse en un ingeniero civil, y ve que la carretera que construye se corta por culpa de un montículo y se detiene a pensar 'Esto es algo arqueológico', y decide rodear el montículo, entonces nuestro trabajo ha sido eficaz".

De hecho, fue un viaje de estudios el que estableció en la Sra. Farid el camino de su carrera profesional en la polvorienta Anatolia.

"Fueron los egipcios", dijo ella, recordando su introducción en "Los tesoros de Tutankamón" en el Museo Británico en 1972. "Sí, fue la emoción del descubrimiento. Pero ahora no es el descubrimiento aquello que me emociona. La gente siempre pregunta cuál es la cosa mejor que has desenterrado? Y no lo sé, porque no es una cosa, sino que es la historia. Es la historia que va con ella lo que me apasiona. Eso es lo que tenemos que enseñar a la gente también. Un tesoro es un tesoro, pero sin una historia es la mitad de lo que vale".


Foto: Vista panorámica del entorno de Çatalhöyük. Al fondo, a la derecha, el refugio del yacimiento.

Vía: The New York Times | Susanne Fowler

Unknown

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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