Amelia Baldeón se desvincula de Gil y del escándalo de Iruña-Veleia
La técnico responsable del Museo de Arqueología de Álava, Amelia Baldeón, se desvinculó ayer por completo de cualquier relación con el director de la excavación de Iruña-Veleia, Eliseo Gil, y negó haber avalado los "hallazgos excepcionales" que se revelaron falsos. En una comparecencia ante la Comisión de Cultura de las Juntas Generales de Álava, Baldeón también limitó sus funciones a controlar el depósito de cualquier material que se encuentre en territorio alavés, sin capacidad decisoria sobre los yacimientos arqueológicos, la validación de los materiales o la difusión de los mismos.La responsable del Museo de Arqueología afirma que apoyó la opinión de los técnicos
En todo momento quiso dejar claro que ocupa el cuarto lugar del escalafón del departamento de Cultura de la Diputación, sin capacidad decisoria. "Lo único que tengo que hacer es preservar los hallazgos de cualquier excavación, pero de ninguna manera exhibirlos hasta que no cuenten con la correspondiente memoria científica", explicó.
Los descubrimientos de Iruña-Veleia correspondientes a 2005 y 2006 presentados por Eliseo Gil no contaban con este respaldo científico. Es más, Baldeón remitió ayer por la tarde un escrito al presidente de las Juntas Generales en el que documenta su postura "negativa" a la concesión de la explotación del yacimiento a Gil. En sucesivos informes, desde 1989 a 1996, la responsable del museo de Arqueología, aunque no era estrictamente su función, expresó su oposición a que se encargara a Gil la excavación de Veleia. Además, recalcó ayer que en todo momento avaló las dudas de la comisión de expertos sobre la autenticidad de las inscripciones. "Mi papel era el de custodio de las piezas, por eso no participé en el proceso, pero firmé todas las actas", alegó.
Sin embargo, dejó sin responder varias preguntas del juntero Patxi Martínez de Albeniz (EA) sobre su presencia como supervisora de la excavación de Veleia, el impulso dado a una publicación sobre los textos e imágenes cuestionadas, la vinculación de su hermano, Xavier Baldeón, con Lurmen, S. L., la empresa de Eliseo Gil, o la reserva de un espacio en el futuro Museo de Arqueología para las piezas. El juntero también le interrogó sobre una carta que el catedrático de Filología Joaquin Gorrochategui le envió en junio de 2006, manifestándole serias dudas sobre la autenticidad de las piezas, y que Baldeón no trasladó a sus superiores.
Fuente: El País
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